Lo que nadie se atreve a decirte sobre el duelo…

A 4 días de haber recibido esa noticia que me cambió la vida y me desacomodó todos los cajones en donde tenía perfectamente dobladas mis emociones, mis miedos, mis juicios y mis creencias… he sentido:

  • Un enorme hueco negro en el estómago
  • Ganas de llorar eternamente
  • Paz inesperada
  • Muchas ganas de celebrar la vida y vivir al límite
  • Duda por la situación tan absurda de perder a alguien de manera abrupta y espontánea
  • Confusión absoluta
  • Dualidad entre comprender el balance en el Universo y renegar de él
  • Enojo 
  • Y ganas de sólo hacerme bolita en una superficie plana… 

Pero hoy, en este segundo, me siento como si no tuviera la autorización de “ser feliz” otra vez. Como si estuviera haciendo algo muy, muy, pero en serio - muy - mal por sentirme no necesariamente como un trapo en este preciso segundo del día. 

Y yo sé que el duelo es un remolino de emociones… En la teoría lo tengo claro, mi cerebro lo entiende, pero la locura me toca la puerta cuando me cae el veinte de que eso que estoy sintiendo es contradictorio a la creencia que siempre he sostenido: por años he creído que “la mejor manera de honrar a las personas que ya no están físicamente en este plano es disfrutar nuestra vida”. 

Pero entonces, ¿por qué me está dando culpa la oportunidad de hacer justo eso en lo que supuestamente creo?

Este dilema me ha hecho pensar en cuántas historias nos contamos a nosotr@s mism@s sobre lo que tenemos permiso de hacer o no hacer a la hora de vivir un trauma… (O en este caso específico, un trauma a raíz de un duelo.) 

Y ahondando un poco en eso, ¿qué sí se vale en un duelo y qué no? 

Yo creo que todo, porque en mi breve experiencia sintiéndolo, esto de perder a alguien que amabas con todo tu corazón se presenta en olas que vienen y van. Olas que cargan todos los sentimientos que no te gustaría sentir de jalón (pero que la vida te está pidiendo que enfrentes) y luego otras olas de emociones más conocidas y amenas... 

Dicho eso, acá va la conclusión que hoy me salvó de creer que ya se me estaba yendo la cabeza: 

Tenemos que soltar el control de la incertidumbre de no saber si estamos viviendo el proceso bien o mal; si estamos haciendo las cosas correcta o incorrectamente. 

¿Por qué? Pues porque ese juicio es absolutamente inútil cuando se trata de atravesar algo doloroso… No hay ni habrá un fast pass; hay que sentirlo todo… De acuerdo con mi terapeuta (con la cual acabo de colgar 😂), si tomáramos las olas del mar como referencia la lógica iría un poco así:

Si no quieres que te revuelque una ola, no te paras en la orilla y te pones rígid@, no vas y pones resistencia… No. Mejor flotas, dejas que la ola te salpique, te sacuda, te hunda un poco y luego la atraviesas desde dentro. Y cuando el agua se calma, ya buscas cómo salir del mar. 

O en palabras más burdas: 

No hay de otra más que hacer las paces con que en un duelo sólo puedes controlar cuántos kleenex llevar en el bolsillo. Tus sentimientos son los que son y van a venir a visitarte cuando se les ocurra venir a visitarte… 

Finalmente, acá va el último pedazo de sabiduría que me ha dejado la ola que me está revolcando a ratos: 

Contrario a lo que yo pensaba, no sólo tienes que “ vivir” y “disfrutar tu vida” para honrar a la persona que perdiste, tienes que “vivir” y “disfrutar tu vida” cuando te sea posible, como te sea posible, porque es lo que toca. Porque no hay recetas, no hay reglas y TIENES DERECHO. 

Estás autorizad@ a decirle sí a la vida y disfrutar, a tu manera, el gran regalo que es existir. 

¿Tú qué opinas? ¿Has vivido algún duelo? ¿Qué te ha ayudado? 

  • Mich, CCO de LMDC

23 comentarios

  • El dolor de perder a mi papá tan repentinamente me dolió muchísimo, tanto que hasta lo escuchaba y ya sin que estuviese aquí, pero solo el tiempo y la vida diaria haciéndola con convicción de salir adelante me ayudo a dejarlo ir y conservarlo en mi memoria y corazón, es difícil y culpas a todos y a todo pero al final, lo aceptas pues ya no hay nada más que hacer

    Raquel Rodríguez Arana el

  • Wow! Primero mi más sentido pésame, creo que no hay palabras cuando se pierde un ser amado.
    Te quiero dar las gracias por compartir tu proceso conmigo, tus cuestionamientos también son los míos y tu experiencia me ayuda a ver más allá y entender que la vida es un ratico y hay que salir a vivirla. Yo luego de mi duelo de casi un año, he leído, tomando seminarios, asistido a cuanto evento hay para aprender, terapia, Podcast y que me queda de tu experiencia y mi aprendizaje? Salir a vivir la vida y no quedarme en casa esperando a que la vida pase. Amandome y amando a quienes aun puedo abrazar y honrar la memoria de quienes se fueron físicamente, pero si convencida que su energía nos acompaña.
    Gracias por tu amor a esta causa que genera tanto beneficio al mundo. Todo el cariño y fortaleza para Ti.
    Dayana

    Dayana el

  • Me gusto muchisimooooo!! esta historia que me ha llegado tanti y puesto a pensar en que hay muchas maneras de honrar a las personas que ya no estan pero lo mas importante es que el solo hecho de existir ya es un regalo y dejar de preguntarse si lo que se esta haciendo esta bien o mal o por el que dirán, es un juicio inútil

    Gaby S el

  • Me ha encantado tu experiencia reflexión, nunca me había parado a pensarlo así. Muchas gracias, lo he visualizado perfectamente con el dimil de las olas. Gracias

    Asun el

  • Mich..mi papa murio de un paro cardiaco en Mayo 2021 y mi mama de cancer en Junio 2022. En cuanto empece a leer el email me senti conectada. GRACIAS. Grief changes EVERYTHING y como lei en un libro apenas, “life will show us everyday, the eternal power of love over grief” y te abrazo con el corazon.

    Fernanda Zermeno el

  • Gracias por compartir este momento tan doloroso con nosotros, desde mi experiencia cada persona vive con ese dolor,al paso de los meses el dolor está pero aprendes a controlar la intensidad por medio de recordar esos bellos momentos y agradecer por cada instante vivido . . . después de llorar hasta el cansancio por semanas enteras: mi terapia fue colgar fotos por toda mi casa en las ventanas en las cortinas en el refrigerador, me prometí a mí misma llevar a esos seres de luz en cada paso de mi vida. Cuando ellos me visitan en mis sueños aún despierto llorando . . . Me tomó meses enteros volver a visitar los mismos lugares donde convivimos. Lo pude superar con el tiempo estableciendo horarios de tristeza como si fuera a mi clase de yoga, suena gracioso pero eso me funcionó mucho. Abrazos y sabiduría en tu camino. 🙏🏽✨⭕️❤️‍🩹♾️🎼🌀

    Gricelda Hernandez el

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